Confirmación de la eficacia del tratamiento percutáneo local con oxígeno-ozono en los

y nuestras experiencias sobre 140 casos

SFORZA A.*, SFORZA G.**
Acta Toxicol, Tber., VoL XVII, n 2-3, 1996
* Especialista en Ortopedia y Neuropsiquiatría - Bari
** Médico Cirujano - Bari

De los 140 casos tratados por nosotros, cien de ellos presentaban un conflicto disco-radicular agudo, de hernia o protusión local constatada con examen TAC o RNM espinal; los otros 40 sufrían desde hacía ya algunos años de sintomatología lombosciatálgica de conflicto disco-radicular y entre estos 13 pacientes se habían operado (10 una vez y 3 dos veces sin resultados).

Se ha obtenido una resolución completa de la sintomatología, con la desaparición de las señales radiculares y retorno a las actividades normales en 115 pacientes (82%) mientras que en 5 casos (3,5%) se han obtenido resultados modestos; 7 pacientes (5%) han interrumpido los tratamientos: algunos después de las primeras consultas, otros durante el ciclo; las causas de estas interrupciones a menudo se deben al miedo o a extremada emotividad, impaciencia y deseo de resolver rápidamente la enfermedad. Trece pacientes se llevaron a la intervención quirúrgica debido a que acuciaba su sintomatología o por las exigencias de resolver velozmente la enfermedad por motivos laborales; en cualquier caso por la aparición de señales de déficit neurológico (se puede decir que nunca he puesto en tratamiento con 03 a pacientes que ya presentasen déficit musculares).

En los casos agudos a menudo se han asociado terapias médicas (Cortisánicos - FANS - Antineuríticos - Neurotráficos - etc.) y físicas (electroanalgesia con corrientes interferenciales); junto con la prescripción médica de reposo en cama (que no siempre se ha respetado).

De los 140 casos tratados, 129 se referían a hernias o protusiones a nivel lumbar y 11 a nivel cervical; todos los pacientes con patología cervical se curaron por completo y más rápidamente de su enfermedad. El número de sesiones ha sido bastante amplio, desde 6-8 veces hasta 30 en algún caso raro, aunque normalmente se necesitaron 1 2-1 3 sesiones de media para el tratamiento completo.

La frecuencia de las sesiones se fue rediciendo progresivamente, de las tres semanales en principio, para pasar a uno o dos por semana cuando la sintomatologia dolorosa regredía.

Se ha realizado un follow-up después de 3-4 años en 80 casos aproximadamente, tan sólo 46 pacientes respondieron a la investigación: de éstos, 37 contaron que habían vuelto a la normal actividad sin impedimento alguno, los otros 9 nos dijeron que sufrían cialtalgia saltuaria de poca importancia pero también confirmaron sentirse satisfechos de sus condiciones de salud, habiendo resuelto el problema incruentamente.

Después de 3 años, entre los casos tratados y resueltos se han verificado 2 recaídas con un cuadro agudísimo de hernia expulsa y grave compromisión por lo que fue necesaria la intervención quirúrgica con gran desilusión de los pacientes pues esperaban resolver otra vez su problema con el Ozono.

Conviene señalar de entre los pacientes tratados y resueltos, 2 casos particulares: el primero, (insólito por la edad) el de una chica de trece años, resuelto con 12 sesiones; y el segundo que se refería al tratamiento de un ex-Hanseniano que los cirujanos habían preferido no tratar.

Normalmente en el tratamiento con el ozono no se han verificado nunca efectos colaterales de particular importancia; tan sólo en cinco casos se apreció al final del tratamiento (cuando el paciente ya estaba bien) un fenómeno de poca duración (surgido después de algunos minutos desde la infiltración) como de sensación de mareo, palidez del rostro o ligero aumento del ritmo cardíaco; dichos fenómenos normalmente desaparecen espontáneamente y por completo en pocos minutos haciendo que el paciente se tumbe en posición horizontal. De todas formas después de estas reacciones se ha suspendido el tratamiento por temor a que se repitiese el fenómeno con mayor gravedad, pero también porque el ciclo había llegado a su fin y los pacientes se encontraban sustancialmente mucho mejor.

En cambio en otro caso, la paciente, después de algunos minutos de infiltración ha advertido un fuerte dolor en sede cérvico-nucal y dorsal alta, desaparecido en 10-15 minutos por completo y sin secuelas (en este caso la paciente tan sólo había recibido 4 sesiones anteriormente).

La concentración de Ozono usada fue de 20 microgramos/cc por un total de 60 cc (1800 microgramos) distribuido mediante 4 infiltraciones de 15 cc cada una, en sus respectivas sedes (a nivel cervical se infiltraron menores cantidades).

MECANISMO DE ACCION

En relación al mecanismo con el que el Ozono actúa en dichas patologías no hay certezas sino solo hipótesis. Una interpretación posible es que el Ozono actúa a través del intermediario del sistema nervioso autónomo del "Simpático".

La abertura de conjugaciones que se encuentra entre las dos vértebras es enorme a nivel lumbar, con respecto al nervio vertebral que es relativamente pequeño; en efecto en la abertura de conjugaciones el nervio pasa cómodamente (podrían pasar de 6 a 7 nervios).

En la abertura de conjugaciones pasan otras estructuras como las raices nerviosas, el ganglio de la raiz sensitiva, el ganglio simpático, la duramadre que rodea a las raices nerviosas y los vasos radiculares (arteria radicular y un gran plexo venoso radicular).

El contigente de fibras simpáticas llega al foro de conjugaciones a través del nervio Sinuvertebral.

Dichos vasos ocupan un espacio mucho mayor que el ocupado por el nervio radicular.

El nervio Sinuvertebral innerva con fibras simpáticas todas las estructuras contenidas en el foro de conjugaciones, anteriormente descritas. El nervio nace de dos raices situadas fuera de las vértebras: la primera raiz neurovegetativa proviene de la 'Pars Intermedia Medullaris" y forma la raiz posterior; por lo tanto ésta puede canalizar influjos autónomos provenientes directamente del Hipotálamo. Mediante esta vía el nervio sinuvertebral se puede resentir del estado neurovegetativo del sujeto haciéndose más sensible (lo que explica las lumbalgias de los deprimidos, de los sujetos con fiebre, etc,).

Por lo tanto esta raiz posterior conduce influjos autónomos centrales.

La raiz anterior proviene del ramo comunicante que une el ganglio de la cadena latero-vertebral del simpático al nervio raquídeo, dicha raiz neurovegetativa simpática es la que lleva todos los influjos que provienen de la cadena latero-vertebral. Por lo tanto el nervio sinuvertebral puede canalizar también influjos provenientes del esplácnico; en efecto se conocen lumbaigias ligadas a molestias ginecológicas, renales, viscerales.

También se sabe, del empleo del Ozono en las patologías vasculares, que la acción principal se explica sobre todo mediante una modulaciónregulación del sistema simpático periarterial y perivenoso sobre el tono de las paredes. Volviendo al tema del trabajo: en el conflicto disco-radicular de hernia o simplemente de protusión discal, nos encontramos frente aun cuadro notable de éxtasis venosa, por embotellamiento del plexo venoso perirradicular, con un flujo obstaculado del sistema nervioso radicular por comprensión extrínseca mecánica; como también puede estar comprometido el sistema arterial por irritación o comprensión mecánica.

En tal situación, por otra parte confirmada también en sala operatoria por la experiencia quirúrgica (abundante sangre en el plexo venoso perirradicular en las distintas maniobras técnicas de aislamiento de la raiz), se comprende que la éxtasis venosa y la falta de sangre arterial oxigenada, determinen una grave hipoxia y ambos factores se añadan a la comprensión mecánica por parte del disco. Estos además son responsables, en parte, del dolor (en efecto las raices sensitivas más que las motores, son particularmente sensibles a la anoxia. La acción del ozono se podría explicar por lo tanto como dos mecanismos de acción: el primero con una hiperoxigenación local directa e indirecta por difusión, el segundo mediante una modulación-regulación del simpático periarterial y perivenoso y consiguiente restablecimiento del tono fisiológico de las paredes de los vasos; de esta forma se llegaría a una descongestión del canal de conjugación, mejor oxigenación, reducción de la inflamación, más espacio para las raices nerviosas y desaparición de la sintomatología dolorosa.

El nucleo pulposo, herniado del todo o parcialmente, al no tener vasos, ya no recibe nada de nutrición y con el tiempo se deshidrata secándose y reduciéndose, no determinando ya ninguna comprensión sobre las raices.

Para concluir se puede afirmar que: el tratamiento percutáneo local con 02-03 es un tratamiento incruento, eficaz y sin efectos colaterales para la terapia de los conflictos discorradiculares agudos y crónicos ya sea a nivel lumbar que a nivel cervical.

Por lo tanto, sería deseable una mayor difusión y un empleo más frecuente de dicha metódica, reservando el recurso a las terapias quirúrgicas donde se encuentran ya presentes déficit neurológicos motores.